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Solaine

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Mensaje por Ayre 07/01/09, 04:54 am

La lucha era inevitable, años atrás podría haberse solucionado algo
,pero la guerra entre nuestras familias estaba a la orden del día...
Mi
nombre es Carlos y vivo en un castillo templo que mis padres habían
heredado de mis abuelos, poseíamos el poder de las tierras de los
alrededores pero el emperador Solaine estaba empeñado en destruirlo,
porque mucho antes aquellas tierras habían pertenecido a su familia.
Mis
padres querían que yo llevase el ejercito a la gloria por mi gran
experiencia y peripecia en batalla, pero yo no quería devastar aquella
zona. En Solaine había un bosque en el cual habitaban diversas
criaturas en peligro de extinción y atacarlo seria ponerlas en peligro.
Y de todas formas al atacarlo era posible que alguno de los
incompetentes soldados de mi padre acabase con la vida de Elizabeth.
Los
hijos de Nobles de la zona acudíamos a la escuela de Zenn que no hacia
distinciones entre pueblos, sino que se dedicaba a enseñar como vivir
la vida de manera justa, y con el alma mas allá del poder y de los
bienes terrenales, es decir que enseñaban a los Nobles a no cometer los
errores del pasado.
Pero sin embargo una tragedia en Solaine iba a
caer, mi padre me dijo que si no lo dirigía yo lo haría el, y que no
tendría ninguna piedad sobre las gentes ni criaturas del lugar...
De
manera que yo me vi obligado a partir hacia Solaine, esta vez no con
flores y poemas para Elizabeth, sino para acabar con la vida de hombres
inocentes, me prometí que mataría solo por necesidad y que no iba a
permitir demasiada destrucción en el lugar. Convencí a uno de los
capitanes para parar a descansar a dos horas de Solaine, espere a que
el ejercito durmiese y a caballo como otras tantas veces me dirigí al
castillo.
El castillo de Solaine era precioso, unas torres góticas
con sus arcos ojivados y ventanales con grandes vidrieras y Rosetones
hacia que pareciese un lugar mágico. Rodee el castillo hasta llegar
donde había quedado con Elizabeth, llevaba el pelo suelto sujeto
simplemente con una trenza y sus ojos verdes oscuros y tan profundos
como el bosque que se hallaba a nuestras espaldas me miraron con
alegría, ¿cómo se tomaría la noticia? Mi padre había decidido que
debíamos atacar a traición, pero yo no podía hacerlo, no sin avisarla
para que se pusiese a salvo. Yo sabia que los que peor destino tenían
eran los gobernantes y sus hijos, pero esta vez ella y yo nos
hallábamos en medio de una guerra sin nada mas que hacer.
-Carlos-me dijo y antes de que pudiese decir anda me beso-has llegado antes de tiempo.
Me miro entendiendo que algo en mi no iba bien.
-¿Carlos qué pasa?-Sus ojos ahora no reflejaban felicidad, reflejaban angustia.
-Mañana
os atacaremos, mi padre esta cansado de las injurias que esta diciendo
tu padre en reinos cercanos, otra vez por la misma historia...
Sus ojos Zafiro entendieron lo que eso significaba y antes de que pudiese decir nada intervine-Debes marcharte.
-Carlos
sabes que no puedo marcharme, no sin ti, puedes morir, mi padre ha
entrenado duro durante estos años con el ejercito, y yo no soportaría
verte morir.
-Pero no voy a morir y aquí la que mas peligro corres
eres tú, mi padre a puesto precio a tu cabeza y a la de tu padre y
muchos de los soldados que mañana atacaran el castillo estarán
dispuestos incluso a pasar un buen rato contigo.-Las ultimas palabras
mías habían sonado con una gran dureza, sabia que en las guerras se
cometían grandes atrocidades y las que mas sufrían eran las mujeres.
-Carlos-dijo
ella en un susurro-sabes mejor que yo que no me puedo separar del
bosque, porque me vuelvo débil, y si el bosque muere, yo moriré, debo
quedarme a proteger el bosque, si quieres no dentro del castillo, pero
si dentro de la cabaña del bosque.-Suspire, sabia en el fondo que ella
no se marcharía del bosque, sangre de hadas corría por su cuerpo y ella
estaba destinada a aquel bosque, si el bosque moría, ella y las otras
hadas también lo harían.
-Atacaremos dentro de tres horas-dije con voz triste-ve coge todo lo que necesites y mañana no salgas de allí.
-Carlos-Me
dijo mirándome con intensidad-yo...te amo- y me beso, salió corriendo
al interior del castillo y me quede mirando el bosque con intensidad,
mañana seria un día duro y yo velaría por el bosque mas que mi propia
vida.
El sol empezó a acariciar la tierra con sus rayos y mi
escuadrón, mejor dicho el escuadrón de mi padre ya estaba en pie
llegando al castillo. La batalla empezó de manera cruenta los primeros
soldados de Solaine estaban cayendo a manos de los nuestros, la sangre
que caería sobre mi conciencia para el resto de mis días.
Acababa
de matar a uno de los soldados cuando de repente mi mirada vio caer
flechas de fuego que sin poder remediarlo cayeron en el bosque.
-¡No
tiréis flechas de fuego!-grite con todas mis fuerzas intente apagar el
fuego y uno de los soldados del ejercito enemigo aprovecho y me clavo
su espada por la espalda.
Me halle muerto viendo como también moría mi amada en el bosque, de repente ya no escuche sonido alguno, y vi el alma blanca y pura de ella.
-Lo siento Elizabeth no he podido evitar tu muerte-dije con lagrimas en los ojos.
-No
te preocupes Carlos has conseguido mucho mas- Me dijo sonriendo-nuestro
amor va a salvar el bosque, no ahora pero renacerá y ya nadie podrá
acabar con el esta sellado con nuestro amor y nosotros podremos estar
juntos para siempre. Y las hadas que aquí habitan renacerán gracias a
esto.
Sonreí y abrazamos nuestras almas que viven en el bosque desde
entonces, cada flor, cada hoja y cada fruto es símbolo de nuestro amor.

La batalla quedo en tablas, hubo muchísimas bajas en los dos
bandos, y los dos padres acabaron con sus hijos muertos, y con el alma
por los suelos, hicieron un tratado por el cual los reinos colindantes
de la zona sur no se atacarían nunca mas y que se ayudarían en todo lo
necesario, para que no volviese a ocurrir una tragedia como aquella, el
tratado se hizo después de que los dos emperadores encontrasen las
cartas de amor entre sus hijos. Hoy en día aquel bosque brilla de vida
y los castillos de ambos reinos son templos en los que se reza y se
busca consejo para todo tipo de amor y se hacen reuniones para exiliar
el odio y el olvido de la vida de los hombres.
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